Midiatização, polarização e intolerância (entre ambientes, meios e circulações)

Natalia Raimondo Anselmino 140 perado lamento” (Rosario3), “Masiva, imponente, estremecedora y emotiva” (La Capital) (p. 40). Paralelamente, todos los periódicos también se ocu- paron de resaltar, entre otras características, su condición apartidar F ia in . almente, en cuarto lugar, respecto del tratamiento de las fuentes informativas, se señala que las más citadas fueron, como suele suceder, las “oficiales”. No obstante, además de estas últimas, se destaca el lugar privilegiado otorgado a algunos acto- res socioindividuales que participan de los colectivos de familia- res de víctimas de inseguridad, sobre todo a aquellos familiares “notables” que gozan de un reconocimiento público que excede a su duelo 14 . 5. A modo de cierre Es imposible afirmar que exista “un” lugar de gestación de una movilización social de estas características. Más bien puede decirse que los diferentes regímenes de visibilidad se van entrecruzando, constantemente, de un modo inextricable. Ello obedece a la complejidad del caso y a la complejidad creciente de las sociedades actuales (VERÓN, 2013), en las que, cada vez más, se dificulta disociar la experiencia individual no mediati - zada de la experiencia colectiva mediáticamente construida. Prolifera, así, ese tipo de situación a la cual Verón (2002) llamó, en cierta ocasión, experiencia subjetiva multimediática ; porque “toda red semiótica conecta hoy –decía Verón ya en los albores del siglo XXI– lo cotidiano y lo mediático y tiene por definición zonas de incertidumbre” (p. 9). La intersección entre los diferentes regímenes de visi- bilidad no es, por lo tanto, lineal ni unidireccional. Por ejemplo, en las gramáticas de producción de los discursos de los organi- zadores de las marchas se observa el reconocimiento de ciertos 14 Entre los testimonios recogidos con mayor frecuencia por la prensa se encuen- tran los de Enrique Bertini –empresario reconocido de la ciudad de Rosario que fue candidato a concejal en las últimas elecciones locales– y Eduardo Trasante –pastor evangélico que fuera concejal por Ciudad Futura y renunció a la banca en diciembre de 2018 tras una denuncia por acoso.

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