Sobre la hipermediatización como proceso y las sociedades hipermediatizadas como resultado 279 Dicho esto, podemos afrontar dos preguntas. Primera: ¿qué fue lo que hicimos? Lo que intentamos fue, ante todo, reto- mar casi veinte años después la pregunta formulada por Eliseo Verón en “Esquema para el análisis de la mediatización”. Sólo que lo hicimos focalizando nuevos procesos de construcción de colectivos en una sociedad en la que había emergido (como re- sultado) un nuevo sistema mediático, y en el que la mediatización como proceso comenzaba a habilitar otros resultados. Segunda pregunta: ¿Cuál es el estatuto de lo que está- bamos analizando? ¿Un “microproceso” del gran metaproceso de la (hiper)mediatización contemporánea? Probablemente. Desde nuestro punto de vista, una transformación diacrónica en pequeña escala del metaproceso contemporáneo (más que de un proceso, según la diferenciación de Krotz). Porque, aunque se pudo deter- minar un origen de la circulación del sentido (el primer posteo de Chicas bondi), el “proceso” que desencadenó no tenía una direc- ción definida dado que su desarrollo dependió de las corrientes de sentido que generó, pero, también, de las contracorrientes que desencadenó, es decir, de la circulación como diferencia.8 A partir de ese momento, multiplicamos la cantidad de “casos” analizados, sumamos otras dimensiones analíticas a la del “poder” para conceptualizar y diferenciar entre sí a los dis- tintos sistemas mediáticos y, finalmente, agregamos de acuerdo a esos criterios a un tercer sistema mediático, al que denominamos Underground (Carlón, 2020).9 Así en “A modo de glosario” de estatuto del actor/enunciador y del vínculo con los pares, las instituciones y los colectivos: por ejemplo, cuando un amateur se convierte en una celebrity o cuando se produce una ruptura biográfica a partir de que alguien cuenta públicamente que sufre una enfermedad (Soares de Araujo et al., 2018). 8 De hecho, es lo que sucedió: sufrió una contracorriente de sentido generada por una organización feminista contra el acoso callejero que derivó en un dictamen por el Centro de Protección de Datos Personales de la Ciudad de Buenos Aires que impidió su consagración artística. 9 En la Figura 2 incluida en el Anexo presentamos un gráfico de la circulación hipermediática que considera los tres sistemas – también el Underground – a partir del análisis de varios casos. El estudio de la circulación hipermediática en tres sistemas se encuentra en desarrollo, pero este gráfico es orientativo y permite ya pensar la complejidad de la circulación contemporánea del sentido. Para constatar lo que se está señalando, considérese sólo una posibilidad: que los discursos que surgen desde el Underground escalan permanentemente a los otros sistemas mediáticos. Esta sola posibilidad habilita ya otros dos tipos de circulación hipermediática del sentido. Hay más.
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